lunes, 30 de abril de 2007

Noches en danza

El escenario a oscuras. Dos figuras se acercan. Se mueven como robots, suenan a tornillos, a chirriantes tuercas en movimiento. Chispas. Luces. Caras y miradas. Una pareja. Postmoderno.Casi cyberpunk. Mirándose, imitándose. Sincronía. Espacios comunes. Manos. Abrazos. Música. Llanto.

Me habría gustado que ELLA estuviese allí, viendo como se mueven. La echo de menos. Solo dos días separadas y me parece una eternidad.

El sol intenta salir de nuevo, a veces una enorme nube oculta su luz, solo un tiempo. La primavera llega. Aparcamos las botas, empezamos a descalzarnos. Las princesas tienen que ayudar, iluminar las flores, los parques, las miradas.

lunes, 16 de abril de 2007

Noche de los libros

En Madrid puedes ir a las librerías por la noche. Es la noche de los libros.Qué maravilla poder pasear por la ciudad, adentrarte en todas ellas, mirar todos los escaparates, no dormir, sólo buscar ese libro perfecto o imperfecto que te transporta a nuevos mundos, épocas. Libros que te convierten en heroínas o malignas brujas de países extraños.
Si viviésemos en una sociedad como la de Farenheith 451 dónde los libros están prohibidos, dónde es ilegal consumir la materia de la que se fabrican nuestros sueños, ¿cómo sería nuestra personalidad? Es posible que la narración oral volviese a resurgir, tal vez nos uniríamos para hablar o quizá solo mirásemos a nuestros ombligos, pensando que el pensamiento de los demás no es distinto del nuestro.
Tal vez sólo planteo estas cuestiones tan externas, tan alejadas de mi espacio y tiempo porque procuro eludir otras que están más cerca. La inseguridad acecha, la espera se acerca, la desesperación se asoma. El enfado sirve de escudo, la rabia de espada y la esperanza ayuda a caminar como si de una linterna se tratase. Precaución. Miedo. Malas compañeras para la risa y el sol.
Lunes después de una semana de elevada intensidad emocional. Luna.

domingo, 15 de abril de 2007

Las páginas en blanco

A veces temo a la página en blanco, no sé por donde comenzar. Carezco del metodismo de mis amigos, no guardo y luego publico, solo me siento frente al ordenador y surge. Reconozco que soy una vaga, que confío en la inspiración y esta sin cierto trabajo o disciplina no sirve de nada. Me escudo en el tópico: ¿y por dónde empezar? Me gustaría acudir a clases de escritura, donde compartir con otros la increíble sensación de las palabras surgiendo.
Antes escribía en libretas, lo he hecho desde que era niña, un tiempo lo dejé, sólo anotaba las cosas importantes o aquello que no quería olvidar. La etapa coctelera apareció, durante un año más o menos escribía todos los días en ella, contaba mis alegrías y penas al mundo desconocido, me cansé de hacerlo cuando se volvió algo egocéntrico. Me gustaría que este espacio fuese algo más.
Intentaré hablar de cine, de libros, de danza, pero no puedo olvidarme de mi, de que me gusta comunicar mis estados de ánimo, me gusta expresar sentimientos, me libera del peso de la vida, me ata cuando todo es ligereza.

Hoy luce el sol. Salgo a la calle, compro el periódico, empiezo una colección: ElPaís nos ofrece Relatos de grandes escritores.
Regreso a casa, cojo una manta vieja y me voy al campo, allí la gente habla, se ríe, juega con malabares, bailan...
El lunes está ahí pero el sol lo convierte en martes o miércoles y no es tan dura la vida a la rutina.

Retorno

El sol ha vuelto a salir. La inspiración nace, como nacen los brotes de los árboles.
África inspira el alma. Leer de nuevo, bailar otra vez y escribir sin cesar.
Gracias a las princesas olvidadas por estar ahí. Gracias a la ciudad de piedra.
Podemos empezar.